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Viaje a las entrañas

Buenas noches princesa...

Es curioso, hace dos días hablaba con una amiga como ya me había acostumbrado a tragarme todos mis problemas y ya lo hacia de forma totalmente natural, y ella me decía que no era bueno, yo le explique porqué lo empecé a hacer, la soledad a veces es demasiado dura asi que terminé encadenándome a ella para así no volver a necesitar de alguien para poder subsistir, o para hablar sin más. Al fin y al cabo mis problemas son míos, y los soluciono yo, para que voy a amargar a nadie con mis tonterías? la vida ya es demasiado agria para que yo encima la vaya llorando a los cuatro vientos, pero a veces me gustaría, quitarme las cadenas y llorar delante del mundo y decir que no soy tan fuerte como se creen, que también lloro, y que me duele esta soledad que ahoga. Aunque ya no lo diga, me duele llegar a casa y que no haya nada, ni siquiera un hogar que me espera, solo un enorme espejo que me descubre un cuarto lleno de esquinas para esconderme, y cuento mi día, o mis sensaciones más bien, a una pantalla vacía que me vuelve a recordar esta soledad tan palpable de mi existencia. A veces daría lo que fuera por contar lo que me ha pasado en este largo día, las cosas graciosas, las sensaciones intensas, mi vida al fin y al cabo, porque a pesar de tener un buen día como hoy, llego a casa y la noto mas vacía de lo habitual, y la sonrisa ante el espejo se transforma en pena y resignación, y mis ojos vuelven a mirar al suelo, me cambio, me pongo mi pijama lleno de estrellas y espero a que venga lo peor del día... la noche. Creo que hoy me siento con fuerza para poder evitar esa lagrima que se cae cada vez que se oculta el sol y descubre inmensidad de estrellas, tan, o más solitarias que yo.

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