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Viaje a las entrañas

Si comprendes... las cosas son como son, si no comprendes... las cosas son como son...

Esta frase me la decía mi padre desde que era muy pequeñita, y la verdad, que jamás comprendí nada, y siempre me he roto la cabeza por ello, y ahora, con 23 añitos, estoy hasta las narices de no entender nada de nada. Y qué se supone que tengo que hacer? Que las cosas vengas y las cosas se vayan? Que mis castillos de arena desaparezcan y construya otros como una niña que juega en la playa, mis castillos de arena son demasiado grandes ya como para que no duela que una mañana esté todo vacío, que solo quede desierto ante mis pies y un sabor amargo en mi garganta. Y queda solo la resignación, con lagrimas en los ojos, pero no te queda otra que volverlo a intentar, en un mundo que solo hay arena, siempre cabe la posibilidad de que venga una ola y se lo lleve, lastima que no puedo construir castillos en el mar, mala combinación, una unión imposible, siempre dividida entre dos mundos...

Pero estoy cansada, porque haga lo que haga, la que termina sufriendo soy yo, la que termina mojando esa arena con sus lagrimas soy yo, la que termina sola bajo ese techo amenazante, soy yo... y quien me abraza cuado hace frió? Y quien me abraza cuando llueve? Y en estas noches interminables de insomnio? ¿y porque la rara parezco yo? ¿lo raro es sentir y no estar muerto? Tengo la sensación de que mundo gira al revés, y las cosas van para arriba en vez de para abajo. Todo esto parece una mala película de ficción, la verdad, no entiendo nada...

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