Blogia
Viaje a las entrañas

Arma de dos filos

Hay a gente que le gustan los cambios, que los buscan cuando no vienen, los anhelan, pero a mi no, mi vida es un continuo vaivén desde que cumplí 16 años, parece que no puedo tener un puñetero año tranquilo, y menos con las mismas personas, parece ser que es imposible. Y estoy cansada, cuando parece que estas haciendo tu castillito, que vas formando un hogar, una ola enorme viene y desaparecen todos tus sueños, toda tu vida en realidad, te quedas ahí, empapada, perdida, y con la esperanza por los suelos. Me ha tocado levantarme tantas veces que casi ni las recuerdo, si no era mi padre que venía a ver si me podía destrozar la vida con su doble moral y su chantaje psicológico, era el señor “don dinero” que venia a devorarme hasta las entrañas, pero sabes que? Una vez vino el amor, sin avisar además, yo no pensé jamás que detrás de ese chico en pubertad, lleno de inseguridades y ex de una amiga, podría encontrar lo que yo pensaba que era el amor de mi vida. Fuimos amigos, los mejores, llorábamos juntos, reíamos juntos, soñábamos juntos, no te puedes ni imaginar las noches que pasamos en vela hablando y hablando, como si fuera la ultima noche de nuestras vidas, la cantidad de estrellas que vimos, la cantidad de abrazos que nos dimos. Si de algo estoy segura en estos momentos es que es la única persona que me ha entendido, y que somos almas gemelas, es más, es Atila, mi fabricante de sueños, y yo soy Beatriz, una niña chiquita con miedo a soñar demasiado, pero él me enseñó que no debía tener miedo a soñar, que él siempre estaría a mi lado, es irónico, estoy hoy aquí porque mañana se va lejos. Empezamos a ser dos niños que jugaban en ese jardín tan especial, y terminamos siendo dos jóvenes que se amaban con locura incontrolada. Cuantas veces le habré dicho que le amaba tanto que hasta dolía, cuantas veces habré llorado cada minuto sin verle, esa ausencia obligada, esas noches largas abrazando la almohada. Le amé tanto que resulto peligroso, muchas veces era incapaz de soportarlo. Cuando hacíamos el amor, era precioso, era como estar en otra dimensión, era como fusionarme con él, a veces podía hasta tocarle el corazón con las manos, podía acariciarlo, sentirlo mío, era una intensidad demasiado desbordarte. Muchas veces regañábamos, supongo que como todas las parejas, siempre terminábamos llorando los dos diciéndonos que no podíamos vivir el uno sin el otro, que estar lejos de él era como estar muerta, que era lo mejor que nos había pasado en la vida, era todo tan sincero, que por mucho que nos doliera podíamos solucionarlo. Sabes cual fue la peor noche de mi vida? Cuando me dijo que todo se terminaba. Y los dos meses consecutivos me destrozaron, pensé que jamás volvería a ver el sol. Siempre me ha dicho que no me dejó porque no me quisiera, yo la verdad que no sé que pensar, en realidad cuando quieres a una persona, y como yo pensaba que me quería, no puedes vivir sin ella, al menos eso creo. Yo le sigo amando, no con la misma intensidad que antes, pero porque las circunstancias no me dejaron, él me quiere, lo sé, amarme? No estoy muy segura, pero creo que no, nunca me lo ha vuelto a decir, asiq supongo que no, en realidad se va mañana, él me necesita, yo le necesito, pero yo le amo, y tiene miedo a no volver a sentirse amado cuando vuelva, normal, no le seguiré amando cuando vuelva, jamás volveré amar de está manera, ni a él, ni a nadie, pero le querré, como antes de amarnos, le querré como mi mejor amigo, le querré otra vez, como si fuera mi hermano, por eso no te tienes que preocupar, yo seguiré estando aquí. Mi último recuerdo, será esa noche del sábado, abrazada a ti, sintiéndote cerca, no dormí nada sabes? No quería despertar y que te hubieras ido, no quería pasar ni un segundo lejos de ti. Ahora? Yo en realidad también me voy de viaje, un nuevo viaje sin ti, unos nuevos sueños, construyendo un nuevo futuro con tu ausencia, una nueva familia, una nueva vida. Te echare mucho de menos, espero que te cueste menos olvidarme, o al menos dejar de quererme con está intensidad. Te deseo un buen viaje, ten por certero que pensaré todos los días en ti. Mucha suerte, y aquí me tienes si quieres volver a esté Madrid que tanto odiamos pero que nadie se puede librar de sus garras. Te quiere. Tu Beatriz.

Pd. El amor, es un arma de dos filos, “uno suave y el otro como un grito cortante como un rayo incisivo. No olvides esa parte… El castigo es morir por la espalda, degollado por el segundo filo”

0 comentarios