Blogia
Viaje a las entrañas

23 octubre

 No pude evitarlo, no podía más, y el sábado explote, y como siempre en el momento menos indicado y rodeado de demasiada gente, me sentí tan mal... habría echado a correr si hubiera podido, hubiera desaparecido, no pude contenerme por más tiempo, y ahora se me resiente el cuerpo, me duelen los ojos q están demasiado hinchados para poder ver la realidad con claridad, me duelen las manos de intentar golpear el vacío con fuerza, y no encuentro nada, a veces ni a mi frente al espejo. Miro mi rostro mientras las lagrimas siguen cayendo con fuerza, como dejan huella en una cara dolorida, seca de tanto quitar las lagrimas con las manos, y me escucho, y solo siento sus sollozos, a veces la maquina se fuerza demasiado, las piezas chirrían, gritan, con cada movimiento, y la vida parece más pesada, y la gente más fría, y yo mucho más ausente, estoy cansada, quizá todo se resuma en eso, o quizá sea lo de siempre, buscar lo que nadie encuentra sobre la tierra, estoy tan liada, tengo la cabeza tan saturada, no sé con quien debo hablar, con quien no, con quien me gustaría estar, que me gustaría hacer, a veces me agobio con la gente, y otras la busco, quiero estar ausente de la vida pero después el menor gesto cariñoso me arranca una lagrima, una caricia, un abrazo, un mensaje de alguien a quien le importo, no lo sé, la soledad es tan grande, y mi necesidad tan pequeña...  

No sé que hacer con mi hermano, esta echo polvo, aguanto las lagrimas cuando hablo con él, cuando me dice que tiene miedo porque se esta convirtiendo en alguien que él no es, que le duele el pecho y que no sabe que hacer, que se siente perdido, y me lo dice llorando, y yo siento como le gustaría golpearse la cabeza con la pared para dejar de pensar, de sentir, y me siento tan impotente, y siento que le quiero tanto... me gustaría que saliera de mi boca la solución, hacerle que se sienta mejor, que al menos esta noche pudiera dormir bien, que dejase de pensar en mi padre, en la novia, en la vida, en el piso, me gustaría hacerle dormir como un niño, sin preocupaciones, abrazando la almohada y sintiendo la vida con un corazón nuevo, lejos del angustiado y dolorido que ahora palpita en sus adentros, me duele el no poder protegerle como cuando era niño, cuando me enfrentaba a todos para que no le pegaran, a veces no entiendo porque todo es tan injusto, porque la vida duele tanto para las personas que sienten, sé que no somos los primeros ni los últimos, pero eso no quita que nos siga doliendo. Y da igual todo, la vida seguirá girando aunque dejemos de respirar, somos tan insignificantes que al mundo le da igual mis problemas, o los de mi hermano, o los del vecino, a quien le importa cuando lloro, a quien le importa cuando los problemas me ahogan, cuando un grito me hace daño, cuando una estrella se cae, acaso alguien la ve? a caso alguien la siente? acaso alguien se da cuenta cuando tímidamente palpita y muere?

 

0 comentarios