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Viaje a las entrañas

27 de Septiembre de 2005. (mal despertar)

Ayer fue un día duro, lo lleve con humor y con fuerza, a penas se me notaba si no fuera por el cansancio pero había ratos, que no podía más, de mis ojos caían dos lagrimas, solo dos, las suficientes para vaciar un poco ese dolor que llevo dentro, esa angustia, y volvía a reír, volvería a sonreír como si nada sucediese, intentaba que la pena y el dolor no estropeara el día soleado de ayer, pero no siempre lo conseguía. El fin de semana me dejo las cosas más claras pero eso no quiere decir que no duelan, que no me atormenten a cada segundo en mi cabeza, que si no piense en una cosa piense en otra, pero las dos duelen. a veces me sorprendía ensimismada sola mirando al vacío y pensando en Fernando, y sentía miedo y un barullo de sentimientos no definidos que me hacían derramar lagrimas, me sujetaba el estomago como si se me fuera a derramar las entrañas pero no servia de nada, solo las lagrimas parecían aliviar algo el dolor... Y en otro momento me sentía como si el paso del tiempo no hubiera pasado y tuviera 18 años, y podía ver a Álvaro en el autobús , y nuestros primeros email, y nuestra noche, y como nos abrazamos, y como hablábamos, y como la inocencia se convirtió en amor... todo el tiempo que compartimos, y entonces la realidad me golpeaba con fuerza para decirme que ya no es así, que ya no es nada, salvo una amistad a veces lejana, y un recuerdo latente, y me entristecía que ya jamás habrá otra oportunidad, que ya no siento que le amo, que ya no nos vemos como dos viejecitos enamorados dados de la mano y paseando por el parque, que ya ese mundo de sueños y fantasías se ha muerto del todo, que ya no somos uno, simplemente somos Tu y Yo, es como si me hubiera despertado de un sueño distante, era como si no quisiera verlo después de tanto tiempo, jamás me he puesto a pensar en el desarrollo de mis sentimientos desde la ultima vez que lo dejamos (o que se rayo), dejé de amarle casi sin querer, me obligo a dejar de echarle de menos, y lo hice, me negó sus besos y los encontré a veces en otros labios, me obligo a dejar de necesitarle, y ahora no necesito a nadie, no quiero necesitar a nadie, me obligo a dejar de necesitar sus abrazos... pero eso jamás lo he podido conseguir, a veces me obligo a olvidar a el amigo, pero tampoco pude, sabia que seguía existiendo algo ahí dentro especial, y que en algún momento volvería a salir y yo estaría ahí a su lado, como él siempre había necesitado, y me duele tanto recordar todo esto, que tampoco puedo evitar llorar cuando lo pienso, y hoy daría lo que fuera por estar con él, solo hablar, solo abrazarle, para darme cuenta de que eso si que no ha muerto, como murió todo lo demás...

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