Días dificiles

A veces no me entiendo ni yo, los últimos días son un torrente de sentimientos tan diversos que no soy capaz de adaptarme a ninguno de ellos, tan pronto se sale una lagrima de mis ojos, como que una sonrisa, tan pronto no me puedo mover de la silla como que salgo a correr, últimamente estoy bastante ausente de mi misma, de la gente que me rodea, de la vida en si, escuchando música a todas horas, pensando a saber que e intentando terminar lo de clase, cosa que soy incapaz, mis nervios no me dejan, no puedo concentrarme en nada mas de medio segundo sin que mi cabeza sea bombardeada por los múltiples problemas de mi vida. Ya no me duelen las ausencias, ni de uno ni de otro, me duele más levantarme sin mi cada mañana y que me cueste abrir los ojos porque un cansancio inexplicable se ha hecho dueño de mi ser, y solo soy capaz de decirme, ¿ya estas otra vez? no eres capaz de ni siquiera conseguir esa estabilidad que tanto buscas? y me siento inútil porque aún así, cada mañana me siguen faltando fuerzas y me agarro a las sonrisas esporádicas de cualquier desconocido para saber que aún sigo viva, que aún se vé algo debajo de estos ojos a veces sin brillo que tan importantes son en mi vida. Y a veces, solo a veces, soy capaz de mirarme al espejo y ver esa chica casi hecha mujer que grita y ansia por salir dentro de mi, que quiere vivir a pesar de los pesares, y que lucha, día a día, por no hundirse en el fango de las circunstancias, que son demasiadas. Hoy ansio, más que nada, poder vivir el día a día sin mi coraza, poder dormir en paz, poder soñar en un nuevo despertar, hoy ansio, más que una abrazo, más que una mirada o un beso perdido en la noche, ansio vivir, ansio que me dejen caminar tranquila y disfrutar del viaje, no como ahora, que las rodillas magulladas de caminar arrastras me duelen demasiado, y las lagrimas caen porque en esta posición no puedo ver las estrellas. No quiero vivir toda la vida arrodillada, quiero caminar sin ver el camino y mirar al cielo mientras lo hago, quiero caminar con la certeza de que a un lado no vendrá alguien a tirarme y que mi intuición me advertirá de donde esta la piedra sin verla, quiero caminar y disfrutar del camino, sin el ansia de llegar, solo disfrutar, ahí esta la verdadero fin.