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Viaje a las entrañas

Tu y yo, tan grande como eso...

Quien me iba a decir a mi que ese día sería crucial para mi vida, cuando me levanté, como siempre, con pocas ganas de nada, salvo de coger un libro y ponerme a leer en el alfeizar de la ventana o en el tejado escondida, más cerquita del cielo, por si algún ángel volvía a recogerme. Hacia un sol demasiado brillante, si me hubiera parado a mirarlo, me hubiera imaginado lo inimaginable. Fue curioso, subir la cuesta y verte de lejos, sentado en el banco ajeno a todo, a mi, a ti, y a lo que se convertiría. Ella nos presentó, si, ella, eso también es curioso, que años después se convirtiera en mi mejor amiga. Recuerdo tu mirada, como se clavaba en mi, como esa milésima de segundo se convertía en un espacio eterno que me permitió ver lo que dentro de ti había, como pude divisar, un ápice, lo que seria de nosotros en el futuro. Como algo estallo dentro de nosotros y que tuvimos que retener. Un sentimiento dulce me recuerda el pasado, nuestro pasado, como después de tanto tiempo recuerdo cada cosa que se cruzo entre nosotros ese día. Nació algo, una unión, un sueño, siempre supe que volveríamos a vernos, en la parada del autobus, en el buho, y después fuimos nosotros. Siempre he creído que tú eras el trocito que me faltaba de corazón para poder respirar al completo, y creo que todo va más allá de las palabras insustanciales q intentan atrapar sentimientos, tu y yo, somos tu y yo, una mano, un camino, un pasado, un abrazo, un beso inocente, una mirada encontrada, un jardín, todo somos tu y yo, no intentes definirme, soy demasiado grande para encerrarme salvo entre tus brazos. Tu y yo, no lo olvides, tan grande como eso, no pongamos mas piedras de las que ya de por si tiene el camino. Un abrazo....

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