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Viaje a las entrañas

Desnudez

Y el mundo? Parece haber desaparecido y solo soy capaz de ver su silueta desnuda frente a mi, la luz de la vela deja entrever su rostro, y una sonrisa se esconde en mi cara inevitablemente poniendo al descubierto que me estoy enamorando de él. No sé escucha nada, salvo el latido de mi corazón que lucha por salir de esa caja que desgraciadamente la encierra. Tengo miedo, miedo de que me conozca, que sea capaz de verme bajo esta coraza de piel que cubre a la niña que realmente soy, miedo a dejar de ser fuerte y tener que rendirme ante sus brazos, miedo a que descubra que soy en realidad y no poder evita amarle para el resto de la eternidad.
Sus manos tocan las mías, y el corazón cobra vida propia y late con más fuerza que nunca, me estremezco, parece que corre una corriente que nos envuelve a los dos en un torbellino de sentimientos sin definir. Mi desnudez deja de hacerme sentir incomoda, y acaricio sus manos como si fuera la primera vez que las viera, cierro los ojos pero soy capaz de sentir cada parte de su cuerpo frente a mi invitándome a explorarlo, abrirlo e introducirme para acariciarlo por dentro. La yema de sus dedos recorren poco a poco mi cuerpo, y siento como las energías fluyen a través de sus dedos, como mi piel se desgarra para dejar paso. Mi corazón no puede albergar tanto sentimiento, late con fuerza y con ganas de explotar. Me toca cada rincón como si jamás hubiera tocado nada más en el mundo, me descubre, me siente, me da vida por cada centímetro que recorre. Ya no tengo frío, ya no tengo miedo, pero siento que algo demasiado fuerte nos une, nos envuelve, nos cuida, siento que mi cuarto deja de existir y miles de estrellas pasan a ser manto de nuestro encuentro, me siento flotando en mitad de la nada, en el fin del mundo, dejamos de ser cuerpos materiales para convertirnos en solo energías que se entrelazan jugando en el tiempo y el espacio, siento como sus manos dejan de existir y puede tocar por dentro de mi alma, siento como acaricia mis miedos, como calma mis temores, como sus caricias serán eternas.
Entrelazados, solos somos energías que nadan en un mar de esencia, de tiempo, dejando de ser él y yo para convertirnos solo en un remolino que gira al cielo y se expande. Dejar de ser humanos con estos cuerpos tan limitados para poder convertirnos en inmortales, y así, poder estar eternamente juntos.

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