Blogia
Viaje a las entrañas

Carta de un recuerdo

hola cariño... ¿qué tal estás? hace mucho tiempo que no te veo, que no sé nada de ti. ¿Estás bien? , ¿te pasa algo?, ¿estás enferma?. Yo sigo más o menos bien, con mis altibajos. Ultimamente ando bien de salud, (bien quiere decir que no estoy constipado ni me duele nada, no que esté sano). En cuanto a los ánimos, es la misma historia de siempre, unos dias bien, otros peor, otros fatal... Jo, hace tanto que no nos vemos que ya nisiquiera alcanzo a imaginarme como será aquella niña bonita y risueña que un dia conocí, seguro que ya estás hecha una mujer de pies a cabeza y no piensas en estas tonterias como yo. En fin, debes pensar que he terminado de volverme loco, ¡qué cosas! ... Yo sigo pensando en tí cada dia, sigo recordándote tan bonita como siempre, aun el recuerdo de tu mirada hace que me estremezca y la calidez de tus abrazos sigue presente en mi cuerpo. Beatriz, te hecho de menos... ¿dónde están quellos sueños que nos unieron?, ¿aquel jardín?, ¿aquellas noches interminables de cariño y conversaciones tan dulces?. Yo ya estoy viejo, soy incapaz de trasnochar aunque me lo proponga, me siento distante de mi mismo, ausente, como un desconocido... Me gustaría pensar que tu has superado todos los problemas, que te has sobrepuesto de los tortazos que da la vida, y que de caga agujero has salido con más fuerza que de los anteriores. Espero que no hayas languidecido tanto como yo, no sabes lo amargo que es echarte de menos... A veces me pregunto, ¿qué he hecho mal?, ¿dónde me donfundí para que las cosas
se torcieran de ese modo y al final los dos acabaramos siendo presos del mismo horrible carcelero?, sé que te he aportado ciertas pinceladas concretas de una felicidad efímera, y también sé que he desmerecido lo genial y divino de tu existencia. Quizá estés casada, quizá tengas hijos e hijas y un marido que te haga feliz realmente; o quizá estés como yo, perdida en el bosque, donde hace tiempo que no viene nadie a visitarme, y que ya nisiquiera los árboles me hacen compañía. Mi niña bonita... mi princesa... Estoy cansado, me siento entumecido, viejo, oxidado, me siento caduco y fuera de lugar; y todo por no poder encontrarte mi niña. En estos frios dias los recuerdos son la mejor estufa, y en tiempos de hambre, el recuerdo de tu perfume la más sabrosa de las mieles... Mi niña, para terminar una disculpa, porque al igual que cuando la rosa abandona el rosal, se pudre y deshoja rápidamente; a mi me venció el olvido y la desesperación, un distanciamiento de mi ser y de nosotros que no perdona ni al más fiel de los amantes... Como ya dije antes, quizá llegue demasiado tarde, puede que estés casada y tengas familia... pero si aun queda algo dentro, si aun hay alguna chispa de aquella luz que una vez me deslumbró, escucha; No permitas que te ocurra lo que a mi me ocurrió, no olvides que la vida es un camino, y el camino es una lucha contra todo, donde el peor enemigo es la indiferencia, que unida a la inercia anula a las personas y las convierte en animales...

Te quiero mi niña, espero que, hallá donde estés, seas feliz. Te quiero.

0 comentarios