Blogia
Viaje a las entrañas

15 agosto 2005

Y me siento frente al ordenador dos días después intentando explicarme lo que pasó, intentando explicarme el porqué sentí lo que sentí, el porque ahora, y de esta forma, el porque estoy tan asustada. Siempre lo he sabido, tú y yo jamás dejaríamos de vernos, de pensar el un en el otro, de intuirnos en medio de ninguna parte. Siempre has significado para mi algo más que un numero en la agenda, que unas cartas perdidas en mi baúl, que un recuerdo.

Hay un día clave en nuestra amistad, un día, un momento, un pequeño instante en el que pudimos cambiar nuestras vidas y no lo hicimos, y que nos ha llevado al eterno retorno. Tú y yo sabemos exactamente cual es ese momento, del cual te has arrepentido millones de veces por no haber echo nada. Hace unos días nos volvimos a ver, hace ya 6 o 7 años de nuestro día, y tenia tantas ganas de verte...

Apareciste por la puerta como si nada, dos besos, entra y siéntate... vamos, cuenta, no, tú primero, y después de una guerra entupida de que tu tienes mas que contar que yo, empezaste tú. Sentada en frente de ti, escuchándote, volví a sentirme muy a gusto y sentía como poco a poco mi cuerpo reaccionaba a diferentes estímulos, te escuchaba como hacia tiempo que no escuchaba a nadie, era capaz de sentir tus palabras como algo más, tu dolor, tu abatimiento, tu confusión, paso todo a convertirse en una pequeña burbuja en el que solo tú y yo habitábamos. Y ahora tu, me dijiste. respiré, y aunque estaba deseando desnudarme y contar por fin todo lo que pasaba por mi cabeza, todo lo que he sentido últimamente, me dio miedo. Empecé con lo de siempre, de lo que me ha echo más daño, y mientras hablaba e intentaba aguantarme las lagrimas, tu movías la cabeza y hacías comentarios, lo sé, soy entupida por aguantar todo lo que aguante, la frase de que me merecía algo mejor la he escuchado tantas veces, y me la he repetido todos los días sin llegar a creérmela. y me escuchabas, y yo sentía que lo hacías, y todo parecía tan irreal, después de tanto tiempo tú otra vez, y yo no podía dejar de sentirte cerca, no podía dejar de sentir algo en el estomago que me tiraba para atrás, ojala hubiera podido ser totalmente sincera contigo, me lo gritaba por dentro pero no podía. Y esporádicamente salían conversaciones de nosotros, de lo que sentimos, del día, y me decías que te tenias que haber lanzado, y decías que era injusto, el dolor de tus palabras hacia que mi corazón se acelerara, me temblaban las manos, las piernas, y yo te decía que las cosas pasan cuando tienen que pasar, que si no pasó, era porque el destino nos tenia guardada otra sorpresa, y pensaba por dentro que quizá en un futuro no muy lejano nos diera otra oportunidad, que quizá ahora pudiéramos disfrutar mucho más el uno del otro con todo lo aprendido, entonces reaccione y pensé, q estas haciendo? porque piensas eso? y entonces fue cuando me di cuenta de que quería abrazarte, que necesitaba abrazarte, y me mirabas con unos ojos que ocultaban tanto, hubiera dado todo por saber lo que estabas penando en esos momentos, todavía tengo tu mirada clavada en mi cabeza. Y me descubrí haciendo lo mismo, con la mirada profunda, pensando por dentro cosas que no podía explicar por mi boca, y mientras hablabas, algo me tiraba hacia ti, demasiado nerviosa para poder actuar con normalidad, me temblaba todo, y entre coginazo y coginazo, jugando como niños me preguntaba el porque no podía acercarme a ti, sin más, y abrazarte, y deseaba, y otras veces no, por miedo, que me tiraras el cogin y tu vinieras detrás, y en una de esas guerras en las que me dejabas inmovilizada, me besaras, y al pensar eso me dio pánico y bajaba la mirada constantemente para que no fueras capaz de ver en mis ojos que estaba aterrada, que habías trastocado completamente mi vida, y q estaba sintiendo algo que no me esperaba en absoluto. Desee que no te fueras a trabajar, desee que pasaras la noche conmigo, hablando, solos tu y yo, pero no valió de nada, desapareciste por la esquina, y me quede completamente echa polvo, me tumbe en la cama intentando desentumecer mis músculos, relajar el nudo de mi estomago, pero me temblaba todo el cuerpo. Me di cuenta de que había sido realmente una entupida, que estaba tan asustada por pensar en abrazarte que no lo hice, que ni siquiera me acerqué a ti para sentir si tu querías hacer lo mismo, que ni siquiera te pregunté, que sería mucho mejor una negativa en ese momento que el sentir que quizá no te volviera a ver en mucho tiempo, me aterra pensar que otra vez dejamos pasar ese instante, ese justo momento en el que debía haber sido y no fue, otra vez.

0 comentarios