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Viaje a las entrañas

Montaña infranqueable

Sabes la sensación de que en tu vida falta algo? Pues todos los días, cuando llega la noche, un nudo en el estomago me lo recuerda. Si, las cosas van bien, mejor, vamos, y por fin parece que hago lo que quiero hacer con mi vida, más o menos, tampoco hay que fliparse, el mundo no se conquista en dos días. Pero todos los días, vuelvo a mi rincón, donde solo hay libros, sueños, y la fría realidad de que el cuarto está vacío, no sé que pretendo encontrar, ni a quien busco, ni con qué finalidad, pero solo está mi sombra bajo esta luz que para nada es la de las estrellas. Supongo que nadie acaba acostumbrándose a la soledad, ni a está vida tan ausente de si misma, hago lo que puedo para que mi vida merezca la pena, y todos los días, sin ningún esfuerzo, encuentro millones de razones para levantarme, para salir a la calle, para caminar, para sonreír, pero cuando cae la noche, también encuentro unas cuantas razones para llorar, y no significa que este deprimida, solo que la soledad me entristece, y no hay nada más triste que llegar a casa y que solo te encuentres con personas desconocidas, meterte en tu guarida y intentar aceptar que nadie va a venir a abrigarte, ni a darte las buenas noches con un beso en la frente, ni si quiera te darán las buenas noches, por eso vuelves a padecer de insomnio, ya no merece la pena dormir, salvo solo para descansar.
La vida cambia en cuestión de segundos, así, sin darnos cuenta, solo necesitamos adaptarnos lo antes posible para disfrutar de todo lo que te brinda la vida, y eso es un proceso, a veces demasiado largo, por el que pasamos todos. La soledad sin duda, es una montaña demasiado grande que escalar para que te deje de doler, y a veces, resbalas y vuelves a caer, sinceramente, creo que llegar arriba es imposible…

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