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Viaje a las entrañas

Domingo

Lo mejor del fin de semana sin duda ha sido esta mañana, me ha sentado genial, y fíjate que no iba a ir, iba a marcharme a correr sola y a estudiar, menos mal, porque aparte de sentarme genial dar patadas al balón durante dos horas, me ha sentado bien sentirme parte de algo, de alguien, no sé, reírme con la tonterías, meterme con estos, sentir como me aprecian después de todos estos años, conocer a gente nueva. Ha habido dos hombres a los que he amado, querido, uno es a Juan, con el que he estado hoy, le he querido un montón, y ha sido poco tiempo lo que estuve enamorada, y alvaro, que fue lo contrario, poco fue el tiempo que no estuve enamorada de él. De Juan tengo un recuerdo muy dulce, era como un niño, me lo dio todo y sé que le dejé muy marcado, y ahora le veo, después de 6 años y ha crecido, veo en sus gestos que es mucho más maduro y después de tantos años sigo vislumbrando esa mirada que solo era para mi. Mi madre me lo dice, cuando te mira a ti es diferente. Yo no sé que ha echo ese chico en mi familia que todos le quieren con locura, hasta mi hermano el otro día me dijo que yo lo que debía hacer era volver con él, es irónica esta vida, le dejé porque no podía hablar con él, porque no me entendía, y fue cuando Álvaro apareció en mi vida, y con él si podía hablar, podía hacer todo (menos jugar al fútbol), me sentía tan bien, tan a gusto a su lado. Pasamos una historia intensísima de casi 3 años, con mucho amor, con muchas lagrimas, con mucho dolor al final, y mas yo, y ahora veo todo de distinta forma, todo, he tenido las dos cosas y en realidad no sé con cual me quedaría, una ansia hablar con alguien cuando llega a casa, que te entiendan, te escuchen, pero sabes que? que no sé si es eso en realidad lo que deberíamos buscar. Hay días que echo de menos uno, y hay otros que prefiero ese cariño incondicional, sin sentido y sin porque. Y últimamente veo cosas bonitas en las personas, en las miradas, y en mi, para que negarlo, hay un torbellino de sentimientos que a veces me alegran, a veces me entristecen, pero el mundo se termina porque alguien se pare y no quiera andar, yo tengo que seguir mi camino, yo y mi pasado formamos parte de todo esto, y no puedo dejar que se queden aquí nunca mas. Hoy me apetece llamar a alguien al cual no debería ni pensar en él, me apetece un abrazo sincero, y sé que él es el único que me daría el que necesito, pero puesto a reprimir sentimientos, también intentaré quitármele de mi cabeza, si puedo con uno, dos es pan comido. No debería complicarme la vida en este momento. Lo intentare al menos.

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